El Reiki es un sistema de armonización natural que utiliza la energía vital universal, para tratar enfermedades y desequilibrios físicos y mentales.
La práctica del reiki se fundamenta en un emisor o canal que, a través de sus manos o de otros métodos -según el nivel- , transmitiría el reiki (fuerza natural que nos da vida) a un receptor que puede ser él mismo u otra persona (presente o no en el espacio-tiempo), con el fin de paliar o eliminar molestias y enfermedades. No obstante, dado que es una energía universal, los tratamientos podrían también dirigirse a otros seres vivos como animales, plantas o a determinadas situaciones.
El método reiki se basa en la creencia hinduísta de que el correcto fluir de la energía vital a través de los siete principales centros de energía de nuestro cuerpo o chakras, es lo que asegura un buen estado de salud en el organismo. Según esta creencia, el mal funcionamiento o bloqueo de la energía en uno o varios chakras sería lo que provoca o agrava el mal estado de salud, dando lugar a trastornos y enfermedades que, finalmente, se reflejan en el cuerpo físico. El método consiste en dirigir energía reiki principalmente a los centros energéticos del paciente, con el fin de desbloquearlos y potenciar el proceso de recuperación.
El reiki no puede reemplazar al tratamiento médico, aunque sí se puede utilizar de forma complementaria.
(texto extraido de Wikipedia)
A diferencia de lo que se pueda creer, los animales están mucho más acostumbrados que nosotros a las energías y saben perfectamente cuando necesitan el Reiki y cuando no.
Al igual que en las personas tenemos que respetarlo y solo dar Reiki si el animal lo quiere. El animal nos indicará si lo necesita o si lo quiere. Si se levanta y se aleja, tenemos que respetarlo. Podemos volver a ofrecérselo, pero si no lo acepta no se le puede obligar.
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